El neceser existe desde el siglo XVIII, cuando era una pequeña bolsa o caja de tela en la que sólo cabían unos pocos artículos de higiene. Con el tiempo, ha ido ampliando su espacio para más y más artículos. La palabra necessaire procede del francés nécessaire, que significa necesario. Un buen punto de partida a la hora de elegir un neceser es tener en cuenta si se puede lavar entero o quitarle la tela interior para mantenerlo higiénico y limpio. También es bueno pensar en cuánto espacio se necesita y si se desea que el neceser tenga algún compartimento. Por supuesto, el diseño y los materiales desempeñan un papel importante en la elección del neceser.