Los oxfords de mujer son una alternativa a los clásicos zapatos europeos, inventados específicamente para las damas modernas. Los eventos formales y de estatus son esas raras ocasiones en las que los oxfords masculinos son apropiados, mientras que las variantes femeninas, por el contrario, se consideran zapatos democráticos. Se llevan tanto debajo de unos vaqueros como de un traje pantalón. Pueden ser botas, botines de mujer o zapatos cerrados. Conservan el detalle principal: un cordón específico cosido. Los hombres con gusto y conocimiento de la etiqueta llevan exclusivamente oxfords marrones o negros, mientras que los modelos femeninos son mucho más variados: de piel lisa mate, material lacado, ante claro y oscuro y tejidos densos. A los diseñadores les encanta combinar diferentes texturas, experimentar con la anchura y la altura de la suela y combinar el estilo canónico con mocasines y alpargatas.